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martes, 6 de mayo de 2014

la muerte del arte, una frase mezquina y desafortunada.



cuando federico, en su afán detectivesco, descubrió el cadaver del creador, no encontró, junto al arma homicida, evidencia alguna de abandono o de pobreza: en aquel entonces los fieles acudían por manadas a los templos y las arcas estaban repletas; había producción de sobra y confianza de parte de los inversionistas.
(federico no se está retorciendo en su tumba por las sandeces que aquí se dicen, él es de los que se mueren y ya. los artistas deberían aprender algo de él)
aquel que dice que la música ha muerto, esperaba recibir un cúmulo de aplausos; a aquel que afirma que la pintura ha muerto, le fue rechazado el apoyo económico oficial.
nunca dios estuvo más vivo que cuando estaba prohibido, cuando se le buscaba a escondidas. cuando nadie pensaba ni de lejos que se podía sacar una ganancia de él. lo mismo dice dario fó del teatro.
quien crea que el arte ha muerto, que se vaya a llorar a un cementerio y que deje de estar queriendo llamar la atención